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Autor para correspondencia: MVZ Cristina Yadira Gómez Sánchez
Los lineamientos internacionales de vacunación como su nombre lo dice no son un regimiento si no una guía que se creo pensando en que los esquemas de vacunación fueran los más uniformes posible a nivel mundial sin olvidar que el acto de vacunación debe ser individualizado y acorde a las características de cada pacientes y zona geográfica, de ahí surge la clasificación de antígenos esenciales que son todos aquellos que cualquier perro independientemente de sus condiciones geográficas o particulares deben recibir en su esquema de vacunación porque los protegen contra enfermedades graves y mortales que permanecen prevalentes a nivel mundial.
La hepatitis infecciosa canina está presente desde hace mucho tiempo entre los caninos, se reconoció como enfermedad viral en 1957 cuando se ¿demostró que el agente causal era un adenovirus. Este tipo de virus son de ADN de doble filamento y son altamente específicos de especie. El género que afecta a los mamíferos es Mastadenovirus.
Para la especie canina tenemos dos adenovirus importantes; Adenovirus canino tipo 1 y 2. El primero es el causante de la HIC que puede producir enfermedad respiratoria, ocular, encefalopatía, hepatitis crónica y nefritis intersticial. Por su parte el tipo 2 es la causa principal de la llamada tos de las perreras, causando faringitis, traqueítis, bronquitis y bronconeumonía.
En esta ocasión nos centraremos en la HIC, por el hecho de que la enfermedad que causa es más grave. Los hospedadores de este virus son los canidos: perro, zorro, lobo y coyote, entre otras especies como mofetas y osos.
La eliminación del virus se da por todas secreciones y excreciones: orina, saliva, secreciones respiratorias. En la orina hay posibilidades de encontrar el virus hasta 6 meses después de la enfermedad.
Tansmisión
Esta enfermedad viral tiene un periodo de incubación de aproximadamente 7 días y es muy resistente en el medio ambiente, puede permanecer viable durante semanas enteras. En los espacios cerrados es muy sencilla la diseminación de la HIC y sucede muy rápido debido a su forma de contagio y el comportamiento natural de los perros. Es una enfermedad letal sobre todo en los pacientes más jóvenes, en los que la evolución de la enfermedad puede suceder de manera muy aceleradas, llevándolos a un deterioro muy grave en cuestión de horas si no reciben la atención adecuada.
Perro Hospitalizado Una Atención Oportuna Puede Ser La Diferencia
Es de suma importancia conocer que los riesgos de que esta enfermedad sea mortal son muy altos incluso cuando el animal recibe tratamiento, el éxito de dicho tratamiento reside en lo oportuno que sea y como el organismo responderá. En un inicio la enfermedad afecta a los tejidos linfáticos de la zona de alrededor de la cabeza de la mascota, posteriormente a hígado y riñones. Como en la mayoría de las infecciones virales cada caso es diferente y los signos clínicos pueden variar según la gravedad de la infección.
Los signos clínicos más comunes suele ser decaimiento, fiebre, inflamación de linfonodos submandibulares, enrojecimiento de membranas mucosas. Conforme avanza la enfermedad, y esto puede suceder en horas el perro puede comenzar a tener fotofobia, perdida de apetito, diarrea, vómitos y en la fase aguda la hepatitis canina producirá ictericia en las encías, progresará la inflamación del hígado causando una insuficiencia hepática y dolor abdominal. Como en la mayoría de las enfermedades virales la HIC no tiene una presentación exclusiva, podemos dividir según los signos clínicos tres presentaciones de la enfermedad:
Cuadro Clínico
En la forma hiperaguda la mayoría d ellos cachorros infectados no sobreviven debido a la rápida progresión de la enfermedad, el tratamiento oportuno puede ser la clave de la supervivencia, pero aún así el pronóstico es reservado, en la forma aguda se estima que con el tratamiento adecuado sobreviven 4 de cada 5 animales infectados, hay que recordar que estos individuos pueden liberar el virus durante meses.
En casos muy contados, debido a la severa afección hepática hay pacientes que pueden llegar a presentar convulsiones y convertir así al distemper en un diagnóstico diferencial. El edema corneal, es mucho más común, es un trastorno que se hace presente en la mayoría de los perros que llegan a padecer la enfermedad, aparece unos 10 días posteriores al inicio de los signos clínicos y es causado por la inflamación y edematización de la superficie del ojo y la presencia de inmunocomplejos ene l ojo, dándole un aspecto turbio y azulado, en algunos casos puede desaparecer espontáneamente pero es importante monitorear la evolución y aparición de cualquier otra signología ocular complicante como un blefaroespasmo, miosis, hipotonía y uveítis.
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Gran parte del diagnóstico se basará en la historia clínica y el examen clínico, esto también debido a la rapidez con la que evoluciona la enfermedad pero es recomendable recurrir a pruebas diagnosticas para confirmar el diagnóstico, en ese caso, la obtención de una biopsia de linfonodo o de hígado para llevar a cabo l aislamiento del virus, detección de su ADN o pruebas de inmunofluorescencia.
Algunos otros hallazgos en las pruebas de laboratorio convencionales pueden ser:
Desafortunadamente como en la mayoría de las enfermedades virales, el tratamiento es únicamente sintomático y de sostén ya que no hay algún agente especifico contra el CAV-1. Dentro de un tratamiento para HIC podríamos necesitar:
Además del tratamiento siempre debemos tener en cuenta que es necesario aislar a los perros que hayan sido infectado y a todos los que hayan estado en contacto con ellos parea evitar brotes de la enfermedad. Es necesario también adoptar las medidas pertinentes de higiene y desinfección adecuadas.
La parte fundamental del control de las enfermedades virales se basa en la prevención y la herramienta más efectiva para llevar a cabo esta prevención es la vacunación. Los lineamientos internacionales de vacunación marcan al CAV1 como parte de la vacunación esencial que todo perro debe recibir debido a la prevalencia y gravedad de la enfermedad a nivel mundial. Existen vacunas que pueden aplicarse desde las 6 semanas de edad que contienen Adenovirus canino tipo 2 que es efectivo para proteger a los cachorros del CAV 1 debido que ambos tipos del adenovirus están estrechamente relacionados genéticamente hablando y se obtiene una inmunidad cruzada efectiva.
1. Ettinger, Stephen J.; Feldman, E.C.; Côte, E. 2017. Canine Adenovirus type 1. Canine Adenovirus type 2. Textbook of Veterinary Internal Medicine. Elsevier, Inc. 8a edición, pp. 2510-2513.
2. Headley, S. A., Alfieri, A. A., Fritzen, J. T. T., Garcia, J. L., Weissenböck, H., da Silva, A. P., Alfieri, A. F. (2013). Concomitant canine distemper, infectious canine hepatitis, canine parvoviral enteritis, canine infectious tracheobronchitis, and toxoplasmosis in a puppy. Journal of Veterinary Diagnostic Investigation, 25(1), 129–135.
